El ciclista recién depilado



El ciclista recién depilado


Autor: Max


Un sábado de este verano quedé con un ciclista llamado Luis. Llevaba unos días hablando con él, pero nunca encontrábamos un hueco para vernos.

Finalmente, viernes por la noche pasamos un rato hablando por Messenger y decidimos quedar para tomar algo a las 11 de la mañana en un bar cerca de su casa.

Yo tenía que coger coche para llegar a la cita y pillé un camino donde hacían obras y llegué 30 minutos tarde, así que tuve que acompañarle a la depiladora donde tenía hora.

Entré en la sala de espera con él y le atendieron enseguida. Era una mujer sola que se veía que no tenía muchos clientes, así que pedí entrar en la sala donde iban a depilarle.

Observé como se quitaba los vaqueros, los cuales le marcaban un paquete increíble. Debajo llevaba puestos unos boxers azul marinos ajuntados y vi que tenía la polla posicionada hacia la derecha… Dios, que ganas de agarrarla.

A los 2 minutos la mujer tuvo que ir a recepción para contestar el teléfono. Así que quedé solo a su lado. Hice la broma de subirle la camiseta para mirarle el abdomen y tenía muy poco vello. Él riendo se bajo los boxers para enseñarme la polla y luego cuando soltó el elástico, su polla quedo medio afuera… asomándose.

Me excité un montón y él lo notó ya que tuve que ajustarme los pantalones porque se me empinó y me apretaba. Él me agarró el paquete y me lo empezó a masajear.

La mujer seguía hablando por teléfono así que le bajé los boxers y se la empecé a chupar. Él seguía masajeándomela y quise desnudarme allí mismo para que me la pudiera chupar y comerme el culo. Me puse de pie y le pajeaba con una mano y con la otra le tocaba el cuerpo. Saqué su polla y sus huevos a un lado de los boxers y le lamí los huevos y se los chupaba mientras le seguía masturbando. En ese momento él me tocaba el culo y yo notaba como mi polla necesitaba ser liberada de mis calzoncillos para que él pudiera saboreármela.




Escuché como la mujer colgaba el teléfono, así que le coloque los boxers y me volví a sentar. Ella entró y pudo observar que Luis tenía la polla empinada, me miró con cara rara y no pude no reír. Ella acabó su trabajo… de depiladora y yo salí afuera mientras él pagaba.

Cuando Luis salió, me cogió de un brazo y me llevó hasta la entrada de unos apartamentos y me empujó contra la pared y me empezó a besar. Apretaba su cuerpo contra el mío y yo le cogía el culo con fuerza. Su polla dura se apretaba contra la mía. Me abrió la cremallera y me la sacó… Se la metió entera en la boca y sentí una excitación increíble al pensar que alguien podría pillarnos. Me mordía suavemente la polla dándome una sensación de dolor y placer a la vez. Dentro y fuera, mi polla desaparecía en su boca.

Se levantó, se la sacó y se pajeó. Me dio media vuelta y me quitó los pantalones. Me puse de rodillas y me comió el culo. Su lengua salvaje me mojaba entero y sentía saliva correr por mis huevos. Me pajeaba y me metía su lengua en el culo y luego la sacaba, luego volvía a meterla y así sucesivamente. Con dos dedos mojados de su boca, empezó a prepararme para lo que iba a venir. Su polla gorda y dura.

En un momento se paró y sabía lo que me esperaba. Menos mal que se la lubricó escupiéndose en la mano y pasándosela por su polla. Los segundos entre sentir su lengua y luego sentir su verga se hicieron interminables. Quise gozar enseguida de ella y sentir sus cojones pegar con fuerza contra mi trasero. Me folló con rapidez, entraba y salía de mi culo con facilidad. Estoy acostumbrado a recibir por detrás y se notaba que él acostumbraba a dar.

Me pasaba la mano por mi pelo y me mordía la espalda.

Cambiamos de postura y me senté encima de él. Él me lamía los pezones, en uno de ellos llevaba piercing y con la lengua jugaba con él.

Iba dando saltos encima de él y notaba como me apretaba. Fregando mi polla por su abdomen mientras tenía su polla en mi culo era increíble. Luis gemía con placer y vi en su cara que le faltaba poco para correrse. Yo subía y bajaba con más rapidez y apretaba mi polla contra él. Sentí como se corría en mi culo. Tensaba su culo contra el suelo para metérmela más a fondo. Tres disparos de riquísimo semen dentro de mí. Quise gritar mientras yo me corría encima de nosotros. Me incliné un poco hacia atrás y parte de mi corrida se disparó sobre su cuello.

Me bajé de la postura y me tumbé sobre unas publicidades del suelo. Me lamió el semen de mi pecho, yo le limpié con mis calzoncillos que habían quedado tirados en el suelo. Los metí en el buzón de un apartamento y nos fuimos a tomar algo refrescante.

Max


(Este relato participó en el Primer Concurso de Relatos Eróticos Gay - Agosto/Septiembre de 2009)


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