Un trío bisex, mi primera vez
Título: Un trío bisex, mi primera vez
Autor: Bisuno Marcos
Blog del autor: Vivencias bis
Soy un asiduo de ir a clubs swingers e incluso a veces, por el Messenger, algunas parejas me dejan verlas mientras me pajeo para ellas.
Últimamente me estaba fijando mucho en la polla de algunos tíos cuando hacíamos un trío o en el Messenger; hasta me atrevía a decirles a ellos lo rica que debía ser su polla, cómo me gustaría tocársela, mamársela, me excitaba mucho verlas, iba también visitando webs gays, me encantaba ver esas pollas, cómo se las comían los tíos.
Un día con una pareja del Messenger que nos veíamos a menudo y ya nos telefoneábamos quedamos en conocernos, como soy soltero quedamos que iría yo a su casa un fin de semana.
Ansiaba que llegara ya ese finde, el miércoles antes nos vimos al Messenger y la verdad, él estaba que me lo hubiera comido de tenerlo aquí y así se lo dije; ella sonrió y me dijo, pues ya te queda poco para poder cumplir tus sueños.
El viernes por la tarde pillé el coche y me encaminé hacia su casa; vivían cerca, unos 200 Km., así que en dos horas estaría allí. Llegado al punto convenido les llamé por teléfono para que vinieran a buscarme ya que los findes los pasan en esa casa y es un poco complicadillo llegar si no se conoce. Me dijeron que fuera al Bar que se veía desde donde estaba, que en 10 minutos ellos estarían allí. Me dirigí al bar a tomar otro café mientras ellos llegaban.
Antes de 10 minutos aparecieron, si al Messenger se les veía preciosos, al natural, sobre todo ella, es súper…
Y él, no digamos.
Nos saludamos, nos besamos y yo estaba un poco cortado, la verdad, no es lo mismo tu casa y la cam, haber divagado fantasías en tu intimidad, que ahora tenerlos delante y aunque ya tenía práctica por el Schwinger, en este caso era bien distinto.
Me propusieron ir a su casa, dejar las cosas, ducharme si me apetecía y luego iríamos a comer, mientras nos íbamos conociendo e intercambiamos pareceres, la verdad sinceramente a mí no me hacía falta… ya nos conocíamos.
Les seguía con mi coche hasta que llegamos a su casa, normalita de clase media pero acogedora, nos sentamos en el salón, seguimos hablando un poco más de banalidades y ella me dijo, “ven, te enseñaré tu habitación …” y añadió “aunque tengo la sensación que no la vas a usar...”
Dejé mis cosas y me iba a duchar; cuando apenas había salido ella, entró él; él es un poco mayor que yo pero está muy bien conservado, la verdad. Me guiñó un ojo y me preguntó “cuando estés en la ducha ¿me llamas?”
Uffffff, pensé, éste igual quiere ya que recoja el jabón, jajá. Le dije “vale, vale”.
Estaba ya en la ducha y por supuesto le llamé, entró, se acercó y ella se quedó fuera mirando; su marido comenzó a acariciarme la espalda, el culo, metía su mano explorando mi ojete, mientras su otra mano iba acariciando mi polla que ya estaba poniéndose morcillota la jodida. No pensé, la verdad, que iba yo a reaccionar así también, la verdad que no sabía qué hacer, era la primera vez. Con una mujer desde luego que habría sabido el qué hacer.
Cuando él creyó que era el momento, cerró el grifo de la ducha, me hizo girar hacia él y me dijo, “ahora déjame hacer, imagino que aún no sabes lo que está pasando …ya reaccionarás esta tarde”, así que me regaló con una chupada de polla y un masajeo de huevos, como nunca una mujer me lo había hecho. Mientras me comía el capullo su dedo iba explorando mi culo y eso debo confesar que me encanta, vamos que cuando me la chupa una mujer si me mete el dedo por el culo, me deshace. Y él, uf, qué rico me sabía; ella en la puerta se estaba acariciando las tetas y con la otra mano el coño, debía de estar muy cachonda la tía, joder.
El no dejaba de chuparme y cómo lo hacía, me encantaba, me volvía loco, cómo sujetaba mi capullo entre sus labios, jugaba con la lengua en el capullo mientras con su dedo masajeaba mi culo… En estas que deja de chuparme y le dice a ella, “si quiere nuestro chico, cómele tú la polla mientras yo le como ese culito que luego será mío”, uffffff oír eso y joder, aún me excité más.
Ella se acerco a mí, me pusieron de pie, con la piernas entre abiertas, ella delante arrodillada chapándome la polla que lo hacía de maravilla, sobre todo cómo me presionaba en las inglés mientras él me lamía el culo, uffffffff qué rico, nunca había sentido nada así, cuando notaban que iba a correrme le avisé a ella para que retirara la boca, así lo hizo y siguió pajeandome y estrujando los huevos mientras soltaba toda la lefa y él no dejaba de comerme el culo, ufffffffff que corrida, joder, no podía aguantarme más, había imaginado mucho esa polla en mi boca, así que me giré, le hice sentarse a él y comencé a comerle todo el rabo, era el primer rabo que me comía en mi vida, no tenía ni puta idea de cómo hacerlo, así que imaginé cómo me lo habían hecho a mí las mujeres que me lo habían comido, cómo me gustaba a mí que me lo hicieran y la verdad que se lo comí de puta madre, me sentí muy satisfecho de mi buen hacer, parecía todo un experto, él estaba en la gloría, me decía que no podía ser que nunca me hubiera comido un rabo, y ella por lo que veía y sentía le pareció igual, pues ella se quedo ahí mirando y haciéndose un dedo.
Nos aseamos, nos vestimos y me llevaron a conocer el pueblecito, tomamos unos cuantos aperitivos con tapa para hacer tiempo hasta la hora de comer, mientras hablábamos de todo satisfaciendo todas las curiosidades que teníamos y eso.
Terminamos de comer y nos fuimos a casa, … el esperado momento.
Al llegar, que ya por el camino mientras él conducía, (porque ella se había sentado detrás conmigo a propósito y me iba poniendo bien cachondo, se ve que le gustó mi polla y me iba masajeando), él no dejaba de perder comba desde el espejo retrovisor. Luego comprobé que le excita ver a su mujer con otro.
Al llegar a su casa ellos se encaminaron a tomar un ducha y yo también, separadamente. Yo terminé antes que ellos y me baje al salón, me puse la toalla alrededor de la cintura y la verdad, no estoy nada mal, soy delgado, algo fibrado, se me notan los músculos del vientre pero no soy de gym… El primero en bajar fue él y bajó en pelotas, se acercó a mí, me cogió de la cintura y sin más me pegó un morreo, mientras su mano ya estaba en mi polla, coñe, no se me ocurrió otra cosa que hacer lo mismo e iba notando en mi mano como su polla iba creciendo y yo me iba poniendo cachondo, nosotros estábamos muy excitados los dos, en el coche a mí ella ya me puso a 1000 y él también se puso como su mujer. Jugaba con mi polla, él besaba mi boca, su mano acariciaba mi polla, su otra mano mi culo, me estaba poniendo a loco.
Cuando ella bajó y vio la escena dijo… “a ver si os vais olvidar de mí”, al unísono fuimos los dos hacía ella nos pusimos a un lado cada uno y comenzamos a besarla, a acariciarla, ella nos estaba tocando el rabo, le daba unos besos a él otro a mí, yo masajeaba sus tetas, de una 95 pero aún tersas y duras, al ir a acariciar su coño noté como estaba de mojada, así que me agaché, me puse de rodillas y comencé a lamer su coño, lo tenía arregladito tipo bikini y mi lengua iba surcando su raja hasta el clito, mientras su marido se había puesto detrás de ella y apoyaba su polla entre su culo, y por detrás acariciaba sus tetas, le estiraba de los pezones y eso debía de encantarla, por entre mi lamida de coño y las caricias de su marido se corrió en mi boca soltándome todos sus jugos, que tragué ávidamente.
Al levantarme miré a su marido y la verdad, otra vez su polla llamó mi atención, ya la deseaba cada vez que se la veía por la cam. Se la había comido y era la primera vez que me comía un rabo, pero ahora al volverlo a ver otra vez, joder, cómo me excitó. Él lo notó y me dijo “ven chápamela”, no hubiera hecho falta, ya iba derechito a hacérselo, lo deseaba. Entonces su mujer dijo que se tumbara su marido y yo me pusiera a 4 patas, quería ir trabajando mi culito, para cuando su marido me lo follara. Joder, no lo dudé, nos pusimos en la alfombra en el suelo, yo ahí a 4 patas comiéndome su rabo y ella iba acariciando mi culo. Me enseñó su aparatito; sí, me encantaba que me metieran un dedo en el culo cuando me la chupaban pero nunca me habían metido una cosa así, tengo un buen rabo, 18 cm x 12 cm de diámetro, el de él es un poco más grande, unos 20 cm, pero más delgado, pero ese aparato medía 22 cm y como el mío de gordo.
Pero ella sabía trabajar mi culito, me lo chupaba y, tal como sentía sus lamidas, se las repercutía yo a su marido en la forma de mamarle la polla y joder que se la comía bien, ya lo creo.
Ella ahora me puso un poco de crema en el culo, seguía acariciándomelo, me metió la punta del juguetito y me excitó muchísimo, lo noté muy gordo, casi molesto, no me dolía pero me sentía raro, al sentir ella que lo iba soportando lo metió un poquito más y uffffff, cómo me excitaba, estaba extraño, raro pero muy excitado y yo ante eso lo único que hacía es engullir la polla de él con avaricia, y ella que lo notaba lo metió un poco más y ya ahí, joder, qué daño, lo sentía enorme, notaba el culo roto, pero al rato seguía excitadísimo… Seguimos así un rato y él le dijo, “no le rompas aún el culo, ese es para mí”, y vaya si quería que fuera el rabo de él quien me lo rompiera de verdad… pero eso será para el otro capítulo.
Bisuno Marcos
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