A Camera doppia , a camera singola, I




A Camera doppia , a camera singola: Capítulo I (Por José)

Era una propuesta sorprendente, Iván y Teo habían conseguido que sacando un pasaje punto a punto desde Buenos Aires se podría visitar, Madrid, Ginebra, Paris, Londres y Roma con tres días de alojamiento en cada ciudad. A la proposición se sumaba la idea de alquilar un auto en Roma y recorrer el sur de Italia durante veinte días, yendo por la costa, pasar a Sicilia y dar la vuelta a la isla .Era posible financiarlo. Detalle importante, mis amigos eran mayores que yo y vivían en pareja desde hacia un año. Me propusieron que invitara a quien quisiera. Mi respuesta no se hizo esperar. Con 23 años encontraría compañía en Europa. En realidad de tanto ver Bay Watch no dudaba que algún hermoso Johnny me rescataría. Viajaríamos en febrero donde la posibilidad de hacer playa era impensable, pero un David Chokachi o un Jeremy Jackson me auxiliaría en medio de la nieve europea, el plan era perfecto ¡¡quien necesitaba compañía asegurada!! Bellos hombres me esperaban.

El resto del verano argentino pasó en largas exposiciones al sol en la pileta con slips, que luego completaba desnudo en la terraza de mi casa. Me dejaría crecer el pelo. Al llegar febrero el espejo me devolvió un cuerpo dorado y una cabeza llena de rulos,¡¡Europa era mía!! . Los Johnies también.

Al llegar a Madrid primer punto, me ubicaron en una habitación con un tipo insufrible, mucho perfume dulzón, mucho gel, mucha plancha y bastantes indirectas que me hacían sentir vergüenza de mi belleza. En los primeros quince días, comprendí que todos los Johnies Baywatch con los que me encontraba, tenían a su lado las respectivas Pamelas Anderson y salvo ocasionales miradas no se fijaban en mí. Mi descontento crecía, mi compañero de habitación lo aumentaba y la alegría de Iván y Teo me resultaba insoportable, sobre todo por las mañanas que me saludaban con el beso de los bien cogidos.

Así llegamos a Roma, yo suponía era mi salvación, el auto nos esperaba, sufrí la humillación de ir solo en el asiento trasero. Al llegar a Nápoles Iván el entendido pidió en el hotel “a camera doppia e a camera singola” lo que aumento mi desconcierto, durante cinco días, la frase era repetida despreocupadamente por mis amigos. Salía a la calle, ya no se trataba de un bello Johnny, cualquier ojo macho que me miraba era candidato a cambiar mi calentura. Como el auto era chico viajábamos con mochilas. Yo llevaba dos equipos el puesto un jean azul con campera, un buzo rojo y el anorak, y en la mochila un jean celeste con campera y un buzo negro, calzoncillos, camisas y medias, el segundo equipo lo guardaba para la noche que salíamos a pasear. Así fuimos recorriendo la bella Italia .De día la pasaba muy bien pero al caer la noche, me sorprendía deseando que mis amigos me invitaran a su habitación, las bellas estatuas romanas me ponían en estado de ensoñación que por las noches en mi “camera singola” daban vida a mi mano que en solitarias pajas aliviaba mi tormento.La sonrisa de un turista alemán me excitaba, el roce de mi cuerpo con bellos muchachos italianos me ponía en situación de esconder mis erecciones.

Una tarde de sol radiante llegamos a Taormina bajamos del auto, la balconada ciudad se recostaba sobre el Mediterráneo, desde sus terrazas llenas de flores se divisaba África. Por sus calles un aroma a sexo y transgresión dilataron mis narices ¿Era el lugar? Hombres solos por todas partes respondían a mis miradas. Fuimos a comer y luego al hotel donde el humillante registro tuvo lugar una vez más. Ya en mí” camera singola “, decidí que tenia que ayudar al azar. Prolijamente me bañe, me afeite, me puse mi equipo de paseo revolví mi pelo y recordando que en el fondo de la mochila tenia un echarpe celeste me lo colgué al cuello, mi cara aun bronceada me miro desde el espejo con signos de aprobación era un puto perfecto que salía a levantar lo que pudiera .Mientras caminaba por las calles, que suponía eran de una ciudad pecaminosa, empecé a tararear una canción que en una pizzería de Amalfi había escuchado:

È giunta mezzanotte
si spengono i rumori
si spegne anche l'insegna di quell'ultimo caffè
le strade son deserte
deserte e silenziose
un ultima carrozza cigolando se ne va
il fiume scorre lento
frusciando sotto i ponti
la luna splende in cielo
dorme tutta la città

solo va un uomo in frack
ha il cilindro per cappello
due diamanti per gemelli
un bastone di cristallo
la gardena nell'occhiello
e sul candido gilet un papillon
un papillon di seta blu

Caminé hacia la plaza que tenía una fuente y lo vi, pantalones y camisa blancos un sweater rojo sobre los hombros, me miraba atentamente. Su cara me resultaba conocida, saco la punta de la lengua mientras cómicamente sonreía. Me detuve, empezó a caminar, a los pocos pasos se dio la vuelta y entorno unos profundos ojos negros, me adelanté, siguió caminado, se dirigía a las terrazas. Lo seguí, comenzó a descender hacia la playa donde la poca gente se estaba volviendo. Salió la luna, unas nubes se tiñeron de un color especial. Apresuró el paso, yo también cada tanto su rostro sonriente se daba vuelta para asegurarse que yo lo seguía, el camino ondulaba, el ruido del mar llegaba a mis oídos .En una abrupta vuelta lo perdí de vista continúe caminando y luego de un recodo lo encontré tranquilamente apoyado en una baranda, me esperaba, sin aliento atine a decir:

-Hola-




-Hello- respondió y a partir de ese momento una mezcla de italiano ingles y castellano nos ayudó a entendernos.

-De donde eres-

-De Argentina- respondí

Nos miramos y nos evaluamos era mas de lo que en ese momento hubiera pretendido, italiano moreno pelo lacio, pecho ancho, brazos y hombros fuertes se vislumbraban a través de su camisa, casi a propósito sus pantalones dejaban adivinar hermosas piernas, el conjunto era coronado por un importante bulto, que entre arrugas se imponía a mi vista, su cara sonriente me miraba con los labios entreabiertos que dejaban adivinar su lengua:

-¿America?- inquirió.

-Si, ¿Y tú?-respondí .Me hubiera podido responder extraterrestre y se lo hubiera creído.

-Soy italiano, de Milán-contestó.

-¿Estas de vacaciones?- pregunté.

-No, trabajo-

-¿En turismo?-

-En cierta forma, entretengo turistas-.Agregó.

-Ah ¿eres guía?

Mientras hablábamos una fuerza irresistible me había aproximado a su cuerpo, en realidad estaba entre sus piernas que me tenían ceñido.Ya sabia a quien me recordaba, mi sueño baywatch estaba por cumplirse, era exacto a la versión latina que por alguna razón había omitido en mi búsqueda, José Solano el guardián de la bahía en versión italiana me tenia aprisionado.

-¿Cómo te llamas?

-José ¿y tú?

-Nicola, escúchame José yo voy con turistas mujeres sobre todo americanas y con hombres desesperados como tú.

-No entiendo- Recline mi cabeza en su hombro, mientras pensaba, cualquiera se da cuenta de mi desesperación.

-Quiere decir que yo cobro-Con su mano levanto mi cabeza la separo de su hombro y me observó.

-¿Cuánto?- Pregunte con la poca voz que me quedaba.

-Por ser tu tan simpático, 100 euros la chupada y 200 si quieres que te coga-.

Era mucho más de lo que podría haber imaginado. Puse mis manos sobre sus piernas y las comencé a acariciar.

-¿No te gusto? -Murmure.

-Eres hermoso pero yo vivo de esto .Denaro capice?- Me tomó las manos y las saco.

Me quede en silencio, no podía pensar, si hubiera tenido el dinero se lo pagaba. Era el precio de mi sueño.

-Tengo esa plata, pero no podría seguir viajando .Argumenté.

Me empujó suavemente de entre sus piernas. Me sentí echado del paraíso.

Nicola me miro fijamente, no tendría mucho más años que yo.

-Invítame un café, entonces -. Concedió.

Subimos por el camino, el cielo se había encapotado comenzaba ha llover. Hacia frío o yo sentía frío. Nicola se puso el sweater al hacerlo levantó sus brazos, la camisa salio de sus pantalones, alcance a ver una piel morena y suave, aparté la mirada, no me sentía con derecho.

Entramos a un bar .Pedimos café y charlamos. Nicola quiso saber que hacia en Italia, le conté de nuestro viaje y que luego de Taormina nos dirigíamos a Florencia y de allí a Roma. La charla siguió por un rato y de pronto me dijo:

-¿No necesitan un guía?, es difícil el camino a Florencia-.

-Tenemos mapas- Contesté.




-Yo conozco el camino muy bien, incluso los puedo guiar por fuera de las autopistas, lo haría hasta Florencia y de allí me voy a Milán, ustedes me pagan el hotel y la comida, donde comen tres comen cuatro. Puedo dormir contigo, pero eso si nada de sexo, si quieres coger, denaro capice?

- Pero tengo que hablar con mis amigos – titubeé.

-Tonterías, yo soy un buen chico- Repuso.-Tengo 25 años- agregó.

-Bueno, pero te contesto mañana-.

- Las buenas decisiones se toman ahora, no mañana, si tú quieres, que van a decir tus amigos.

No salía de mi asombro y de mi esperanza, italian baywatch quería viajar conmigo.

-Esta misma noche me mudo a tu hotel, comienzo mañana y les muestro Taormina. – Me miro y muy serio agrego-Eso si, nada de sexo-.

-De acuerdo- respondí mordiéndome los labios.

-Solo acompáñame a mi pensión y busco mis cosas-.

Lo seguí a las afueras de la ciudad, entró a lo que llamaba su pensión por la ventana para no despertar a la dueña y cuando salió, confesó.

-Le debo mucha plata así que mejor que se entere mañana que me fui-

O sea, tenia a mi lado un hermoso y seductor italiano que vivía del sexo pero además era un simpático estafador, largue la carcajada mientras Nicola me abrazaba la cintura con un brazo y cargaba su mochila con el otro.

Cuando llegamos a la habitación del hotel me miró mientras con burla decía,

-A camera singola, ¿donde voy a dormir?-

-En la cama conmigo –Contesté.

-No amor, es peligroso, vamos a hacer así…- Abrió un ropero saco una frazada, la extendió en el piso, comentando al pasar:

-Yo duermo aquí, mañana pides la “camera doppia”.Ahora me voy a bañar.

Me acosté mientras se bañaba .Cuando entró llevaba la toalla enrollada a la cintura, la prominencia entre sus piernas era mas que evidente, un ensortijado pelo negro cubría su pecho, sus musculosos brazos brillaban por el agua .Mi respiración se aceleró.

-Nicola no puedes pretender entrar desnudo y que yo no haga nada –Dije mientras me incorporaba.

-Como has sido un caro amigo, te mereces un beso -.

Me tomo de los brazos los llevo a mi espalda y me inmovilizo, la lengua con la que soñaba se dirigía a mi boca, mi labios se abrieron y Nicola ocupó mi boca, mis dientes, mi lengua con rápidos y audaces movimientos, mi cuerpo se arqueo, después de veinte días de abstinencia mi pija estallo a borbotones mientras un largo gemido salio de mi boca enmudecida y mi pijama se mojaba .Con pequeños besos Nicola se fue separando de mi y me soltó en la cama.

-¿Terminaste? Seguro que es la primera vez que eyaculas con un beso.

-Hijo de puta- Respondí sin aliento.

Se inclino y me mordió la oreja.

-Con la mamma no ,capice-.

-Perdón- Contesté mientras me frotaba la oreja.

-Así esta mejor, ahora apago la luz y duérmete como un buen niño.

A la mañana siguiente, un rítmico sonido me despertó.

-Un dos, un dos, un dos…-

Nicola desnudo en el piso hacia gimnasia, un bello, bellísimo cuerpo era el marco para un pija golosa y adorable no dije palabra.

-Buen día, ¿dormiste bien? -. Sus ojos siguieron los míos que no se apartaban de semejante dotación.

-Si quieres a Nicolita, ya sabes-unió el pulgar al índice.-Denaro.-

Suspiré, de momento tenia un problema como decirles a Iván y a Teo que teníamos un guía, como decirles que ese guía era:

Just a gigolo, and everywhere I go,
People know the part I'm playing'.
Pay for every dance, sellin' each romance,
Ooohh what they're sayin'

Continuará...



José